Con la llegada de la primavera y el verano, muchas personas notan que sus ojos lagrimean más de lo normal, la nariz se congestiona y los estornudos son más frecuentes. ¿La causa? En muchos casos, los niveles elevados de polen en el aire.
¿Por qué aumenta el polen en esta época?
El polen es una sustancia producida por árboles, pastos y malezas como parte de su proceso reproductivo. Durante los meses más cálidos, estas plantas liberan millones de diminutas partículas al aire, lo que puede desencadenar síntomas alérgicos, especialmente en personas con rinitis alérgica o asma estacional.
El cambio climático también está desempeñando un papel importante: las estaciones de polinización son ahora más largas e intensas.
¿Qué riesgos tiene para la salud?
Para la mayoría, el polen puede ser una molestia. Pero para pacientes con afecciones respiratorias o alérgicas, puede tener consecuencias más serias:
- Rinitis alérgica: congestión nasal, estornudos, picazón en los ojos y garganta.
- Crisis asmáticas: aumento de la tos, dificultad para respirar o silbidos en el pecho.
- Fatiga crónica: el cuerpo gasta más energía combatiendo la inflamación.
- Complicaciones respiratorias: en casos graves, puede requerir atención médica urgente.
Recomendaciones
Si tú o un familiar sufren de alergias o asma, aquí tienes algunas recomendaciones clave:
- Evita salir en las horas de mayor concentración de polen (entre las 5 y las 10 de la mañana).
- Mantén las ventanas cerradas en casa y en el coche.
- Dúchate y cámbiate de ropa al llegar a casa, para eliminar restos de polen.
- Usa mascarilla al salir, especialmente en días con niveles muy altos.
- Consulta a tu médico para ajustar tu tratamiento o iniciar uno preventivo.
- Vacúnate contra la alergia (inmunoterapia) si tus síntomas son severos o recurrentes.